Sonrió, mi caballero de refulgente armadura, ¿para resguardarme o para mirarme?
Dicho de esta forma puede sonar fácil, lo sé. Y quizás si estás en plena crisis te resulte prácticamente impensable, pero créeme. Solo precisas juntar todos los pedazos de tu corazón roto y rearmarte. Vas a salir de esta, confía y no vaciles. Sigue leyendo