Nunca pongas a escurrir el corsé ni lo cuelgues de los hierros del colgadero
Mas el punto es, aunque, o bien singularmente por el hecho de que es una fiesta para solo dos, tener suficiente para comer en la mano. Este sería el instante adecuado para acorrucarse, acurrucarse y compartir un bocado; no es el momento de saltar a la ropa y salir corriendo en pos de una tienda abierta. Sigue leyendo